Monday, July 09, 2007

Oda a Los Planetas

Descubrí a Los Planetas, como tantas otras bandas, leyendo un posteo del blog Lunes Felices, en el que el narrador comentaba que había realizado una actividad determinada (ahora no la recuerdo) mientras escuchaba en su mp3 una canción de la banda. El nombre de inmediato me llamó la atención, quizás porque supuse que se trataría de una banda en castellano y eso es algo muy poco común para personas como este pibe y yo. Procedí a googlearlos y me enteré de algunos datos menores: son de España, la mayor parte de su carrera transcurre en los 90, ganaron un concurso de bandas con un tema llamado Desorden que narra el suicidio de Ian Curtis, el indie está fuerte en ellos, etc. Entré al e-Mule y decidí descargar azarosamente Contra La Ley de la Gravedad (2004), que en ese momento era su último disco, detalle que ignoraba por completo.

Lo primero que me llamó la atención es, claro, la manera en la que estaba mezclada la voz. Casi inaudible, a un volumen mínimo, destacándose apenas entre las guitarras, una suerte de susurro arrogante. No entendía nada de lo que decían, pero de inmediato me encontré tarareando devuélveme la pasta de regreso a mi casa, por calle 46. Esa fue la primera canción que me impactó. Bajé la letra y hasta hoy siento que es perfecta. Una situación banal que trasciende hasta lo metafísico, hasta suponer que la pasta es el alma de este pobre tipo que se siente horriblemente solo. Hay frases mortales:

Por las mañanas pongo siempre el mismo disco
y, aunque todo lo que dice es la verdad,
lo primero en lo que pienso cada vez que me despierto
es cómo no me había dado cuenta ya.

Me vi a mi mismo escuchando Crooked Rain o Bee Thousand, comprendiéndolo todo por primera vez. Una base mántrica y la voz de J perdiéndose en ella, estirando el cuello para cantar. Kant decía que lo bello encanta y que lo sublime conmueve. Yo estaba conmovido. Además, el tema era punk, y eso era revelador. ¡Por fin una banda punk en castellano que está realmente buena! Porque, sobre todo en Argentina, los músicos parecen haber subestimado e ignorado a bandas trascendentes como Wire o The Modern Lovers. Las pocas grandes canciones de García o Spinetta son más bien beatlescas, en la línea británica instalada por los 4 de Liverpool. Después del 75 la música se detiene para estos tipos, visión estúpida que lamentablemente comparten muchos músicos y críticos de estos lares. Sólo Luca había logrado meter a garrotazos la obra de músicos como Lou Reed o Nick Drake, pero su legado se transformó en una escena decadente de chabones adictos al rock and roll y películas con guiones de Polimeni. Los Planetas eran punk, o tenían raíces punk, llevándolas a un nuevo lugar, claro, el propio.

Después, Canción del Fin Del Mundo, una bomba apocalíptica inyectada con un sentido del humor ácido, corrosivo.

Voy a ser el presidente
De los estados de ánimo
Vamos a manipular los resultados
Voy a hacer una película
Con banqueros y abogados
Esto sólo puede ser el decorado


Las letras eran de otro planeta. Literalmente sentía que el tipo estaba hablando de mí, es decir, nunca concebí que una banda se dirigiera de manera tan directa a la clase de persona que soy. Jamás había escuchado un grupo en español que tuviera un nivel lírico tan alto. Todos mis amigos comenzaron a emocionarse con el grupo y ese disco se volvió un imprescindible, un clásico grupal en la línea The Stone Roses – Unknown Pleasures y las mencionadas joyas de Pavement y Guided By Voces. Contra la Ley de la Gravedad tiene otras perlas que fui descubriendo con el tiempo, de a poco, porque es la clase de disco que, cuando uno está a punto de abandonarlo, nos sorprende con un nuevo tema que nos engancha por enésima vez. Golpe de Gracia tiene mucho clima y ésta frase:

No tengo nada que ofrecerte
Ataca sin piedad
Ven con todos tus amigos


Transmite una vulnerabilidad digna, estoica, opuesta a la clase de canciones que hace Keane, por citar el peor ejemplo posible. Una fragilidad de hombre, viril, exenta de llorisqueos. Es muy difícil lograr eso. Luego está la experimentación sonora en la línea High Llamas de Cumplimentando Deberes Contraculturales, otra nena que demuestra el buen gusto que tienen para producir canciones. Después me enganche con la genial Sale el Sol, cuya letra es también memorable, además de tener una melodía hermosa.

La sombra desde la montaña
inunda el campo de gris y de azul.
Un cuarto menguante de luna
resiste en el cielo la llegada de la luz.

Sale el sol
Y nosotros aquí dando vueltas


En fin, podría seguir así con todas las canciones. El punto es que procedimos a bajar toda su discografía, además de buscar algunos vídeos en You Tube. Fui descubriendo la banda más allá de lo musical y me cayeron todavía mejor. Primero porque es la clase de grupo que uno debe descubrir, que no se impone en canales de televisión o en radios FM junto a temas de Paulina Rubio. No, a estos pibes hay que descubrirlos, y usando una sentencia aplicada a Johnny Richman, el mundo se divide entre los fans de Los Planetas y los que todavía no los escucharon. En sus vídeos casi no aparecen, apenas se distinguen sus rostros, y la ropa que usan pareciera ser la misma con la que van a la verdulería, remeras viejas y jeans, chombas de feria y zapatillas de lona de segunda mano.

Escuché el primer disco. Es muy bueno, aún cuando algunas letras son todavía un poco adolescentes. De todos modos, uno siente que está ante un disco generacional, que si quiere conocer cómo vivían o qué pensaban los jóvenes españoles de esa época no tiene más que poner Super 8 (1994) y dejarse llevar. La merca, la anomia, la diversión triste, todo está sintetizado ahí. El último tema se llama La Caja del Diablo, un himno deforme de 9 minutos en plan Yo La Tengo, con una batería enferma y la voz perdida totalmente entre las guitarras. La letra es genial. Es el pedido de socorro de un adicto a la cocaína, un grito desesperado.

De pronto siento que algo me está robando el alma,
con esfuerzo consigo separar sus labios de los míos,
logro separarme escupiendo sangre,
el roce de su piel quema mi carne.

Una cosa llamativa del grupo es que no sacan discos increíbles, todos en algún momento o por algún motivo fallan. Hay algo en los discos clásicos, una trascendencia que adquieren las canciones cuando se las escucha como un conjunto, una globalidad que es mucho mejor que cada parte por separado. Los Planetas no tienen eso, pero por disco entregan 3 o 4 canciones que podríamos calificar como clásicas. Incluso Contra La Ley... no es enteramente bueno, pero tiene esas canciones que ya nombré que de todos modos lo vuelven increíble. Super 8 está en esa misma línea, pero claro, tiene momentos terribles. La letra de la canción 10000 es genial.

El humo de su cigarro se expande por el cuarto hasta desaparecer
y cuando ha terminado se mueve muy despacio hacia la pared,
no tiene mucho que aprender, esta no es la primera vez.
Me dice : "ven, ¿quieres hacerlo con mi amiga?,
no esta nada mal,
vamos a hacerlo con mi amiga tiene quince años ya.
si te interesa lo puedes intentar, lo puedes intentar."

No tengo idea de lo que está hablando, pero lo hace muy bien y el clima de la canción acompaña aún mejor. Desorden es, como dije, un relato del suicidio de Ian Curtis en primera persona, cual Norman Mailer poniéndose en la piel del carpintero de Galilea.

Hay un cuerpo girando en la cocina,
al final de una cuerda atada a una viga.
Toda la tarde viendo películas.
Hoy es dieciocho y ella se ha ido
hace demasiado tiempo, ahora ya no esta conmigo,
demasiado tiempo metido en este sitio.

Recordemos que Ian se mató un 18 de junio, que lo hizo viendo una película de Herzog, que se ahorcó y que su cuerpo terminó colgando del living de su propia casa. Desorden es una de esas cancioncitas de Los Planetas, zumbonas y aparentemente simples, entre las que se pueden contar David y Claudia, Anuncio Para Coches, Nunca me entero de Nada o La Guerra de las Galaxias. La clase de canción que en un principio parece de relleno y que luego no se puede dejar de escuchar.

Luego me colgué con otros grupos y ocasionalmente ponía alguno de sus discos. Descubrí en toda su inmensidad a The Fall y estuve viviendo unas semanas extrañas. Pero una tarde que recuerdo como fría, cubierta de una tonalidad gris y espesa, puse Un Buen Día. Ya había escuchado el tema, pero los astros se alinearon aquella tarde y la genialidad de la letra y de la melodía entraran en mí con toda la fuerza que tienen. Me voló la cabeza. Un Buen Día también es de esos temas que parecen simples pero que encierran una cantidad de emociones tan grande que cuando se quiebra su hermetismo parece estallarnos en la cara.

Me he despertado casi a las 10
Y me he quedado en la cama más de tres cuartos de hora
Y ha merecido la pena

Ha entrado en sol por la ventana
Y han brillado en el aire algunas motas de polvo
He salido a la ventana
Hacía una estupenda mañana

He bajado al bar para desayunar
Y he leído en el Marca que se ha lesionado el Niñato
Y no me he acordado de ti hasta pasado un buen rato

Luego han venido estos por aquí
Y nos hemos bajado a tomarnos una cañas
Y me he reído con ellos

He estado durmiendo hasta las 6
Y después he leído unos tebeos de Spiderman
Que casi no recordaba
Y he salido de la cama

He puesto la tele y había un partido
Y Mendieta ha marcado un gol realmente increíble
Y me he puesto triste un momento justo antes de irme

Había quedado de nuevo a las 10
Y he bajado en la moto hacia los bares de siempre
Donde quedaba contigo
Y no hacía nada de frío

He estado con Erik hasta las seis
y nos hemos metido cuatro millones de rayas,
y ya no he podido dormir como siempre me pasa


La letra es sublime. El buen día del narrador es en realidad un día de mierda, quizás porque falta ella. El relato de la rutina del personaje se ve interrumpida por comentarios que parecen menores pero que constituyen la esencia de lo que pasa en la canción. Y no me he acordado de ti hasta pasado un buen rato. Claro, luego está la referencia al fútbol, con la lectura del Marca y el gol de Mendieta, el anclaje generacional que implica la imagen de un tipo adulto leyendo un comic de spíderman con acento en la í, y la noche de merca junto a Erik, nombre del baterista del grupo.

Hay algo en la canción, una capacidad asombrosa para explicar con dos o tres detalles toda una manera de pararse ante el mundo, una visión global de aquello que nos rodea, visión que me gusta definir como la alegre resignación ante el absurdo. El narrador hubiera dejado de hacer todo lo que hizo si pudiera estar con ella, pero ella no está.

La condición necesaria de ella es la ausencia. Ella no puede estar y probablemente nunca esté, porque su mejor característica es la de estar omitida. Representa en algún punto la búsqueda de sentido, la pregunta de Beckett en Esperando a Godot o de Kafka en El Proceso, la depositaria de las preguntas que suscita esa vida monótona y rutinaria en la que cuesta encontrar una razón trascendente, algo mayor que lo justifique todo. Esperarla (siguiendo la línea Beckett) o buscarla o extrañarla es una necesidad, una forma de seguir haciéndose la gran pregunta. Ella no va a aparecer porque no es una mujer de carne y hueso, es la solución mágica, la figura femenina de Dante (Beatrice) tomándonos de la mano hasta el cielo. Cierta misoginia se oculta detrás de estos comentarios, pero creo que definen aquello que vuelve monumental al tema en cuestión.

Durante aquellos días iba dando zancadas a los departamentos que recorro y encontraba a mis amigos escuchando en repeat la canción. Martín confesó haberla puesto unas 25 veces el mismo día. Lucho, que vive en Capital, aburrió a todas sus novias con el tema y la explicación que venía a continuación. Le mostré la canción a una amiga y me dijo que era horrible, lo que no hace más que confirmar su genialidad. Es un tema masculino, sin dudas.

Quiero señalar la diferencia entre la línea de Dárgelos, vamos a fumar un porro ahí, y la alusión a las drogas de J (ah, así se llama el cantante), que dice he estado con Erik hasta las seis y nos hemos metido cuatro millones de rayas, y ya no he podido dormir como siempre me pasa. Los invito a discernir quién es el tribunero - agitador de colegialas de Palermo – compositor de jingles publicitarios – trasgresor de Fm Hit y Mtv - y quién el que da una visión digna y descarnada de una noche de drogas, sin hacer demagogia ni tampoco reprobándolas desde una idea de moral, sino narrando con el corazón de los honestos. Es una tarea complicada.

Después entre en una etapa Luna, sobre todo porque no podía dejar de escuchar el disco Bewitched. Espero poder escribir pronto algo digno sobre ellos. Recorriendo blogs entré a Contra las Cuerdas y vi que la flaca que escribe allí detallaba una lista de canciones de Los Planetas que no podía dejar de escuchar. Conocía todos los temas a excepción de Corrientes Circulares en el Tiempo, así que lo busqué en mi computadora y lo puse. Los hijos de puta lo lograron de nuevo. Es un tema sublime, una baladita etérea con guitarras colgadas y cierta capacidad de vuelo rasante que le resta conexión a tierra.

Me quedé dormido un momento y los valles se cambiaron por desiertos
por obra y gracia de El que controla el firmamento,
El que decide que ande perdido en corrientes circulares en el tiempo,
El que transforma los diamantes en quejidos y lamentos,
El que se encarga de que salgas y que yo me quede dentro.

Obviamente, experimenté una nueva emoción con el grupo. Y descubrí, en el fragor de la alegría, una nueva canción genial, llamada Nosotros Somos Los Terroristas. Los pibes pusieron este tema como lado B del single Corrientes Circulares... pero en el disco Encuentros con Entidades (2000) modificaron la canción y la editaron bajo el nombre Nosotros Somos los Zíngaros. Esta versión modificada es muy mala y no se acerca a la original. Por suerte pude bajar el single perdido de la red. Es una canción festiva, deforme y machacante, con unos sintetizadores sin sentido sonando por debajo de la marea de guitarras. La letra, nuevamente, es muy buena.

Cuando era joven nos llamaban los halcones
y teníamos acciones en empresas destinadas a triunfar.
(...)
Un carcelero me mantiene en este tiempo,
atesoro los recuerdosde mi añorado paraíso fiscal.

Un grupo de yuppies metafísicos añorando mejores tiempos empresariales, lo cual no deja de conformar una crítica y una burla a ese tipo de personas.

Otra cosa genial del grupo es su capacidad para ponerle nombres a las canciones. Voy a enumerar algunas que no he detallado en este breve posteo pero que son geniales de todos modos.

Una nueva prensa musical, La guerra de las galaxias, Anuncio para coches, La cara de Niki Lauda (este es muy bueno!), Canción para ligar, Vas a verme por la tele, Yo maté al A&R de Sony, El lado oscuro de la fuerza, Experimentos con gaseosa, Vuelve el rock mesiánico, Nunca me entero de nada.

En estos momentos estoy emocionado con otras dos nuevas canciones, Segundo Premio y Línea 1, ambas en el disco Una Semana en el Motor de un Autobús (1998). La primera es una guitarreada agresiva bien al frente con melodía arrogante, la segunda es casi su opuesto, otra canción introspectiva sobre drogas con letra maravillosa.

Iba a hacerlo esta mañana,
levantarme de la cama,
comprar algo de comida,
empezar con otra vida.
Pensé que sería lo mejor.
Toda esta mierda se acabó.
Voy a dejarlo de verdad,
ya no me gusta nada.
Y ordenar por fin la casa,
y lavar estas dos mantas,
y recuperar mis discos,
y unas cosas que he perdido,
y después pensé:"Mejor que no".
Y puse la televisión,
subí a pillar un poco más,
después de todo, esto no está mal

Los Planetas tienen temas horribles y otros de ¡36 minutos! de puro ruido. Algunas canciones transforman a Calamaro en un segundón con suerte mientras que otras no son más que basura punk clásica. Algunas baladas adultas con teclados pueden gustarle a mi papá y representar la némesis del estereotipado imbécil del indie. La banda es humana, no se planeta como un conjunto de semi dioses lindos y bien vestidos sino como un grupo de amigos que sigue viviendo en el mismo lugar del que salieron hace 20 años. Son adictos a la cocaína que pierden la batalla pero se mantienen de pie, haciendo canciones increíbles en el camino.

Esta ha sido una oda a Los Planetas, la mejor banda de rock en español de todos los tiempos. Hasta su próxima canción.


Nota posterior

Terminé de escribir este posteo y me tomé un tiempo para corregirlo y colgarlo de la red. En ese lapso, un nuevo y trascendente tema de Los Planetas me atrapó, lo juro. En este caso, Paseo por el Parque, última canción del disco Encuentro con Entidades (2000). Un viaje instrumental con sonidos incidentales y una melodía silbada que queda genial. Música para volar, diría Gustavo, que al parecer va a llenar ¡5! estadios de River. Charly Alberti va a volver a Palermo con toda esa plata. Pregunta lógica: ¿de dónde salieron tantos fans de Soda? Tendría que hacer un posteo con esto.

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